lunes, 7 de enero de 2013

Recuerdos marianos o alhama y su madre


                Federico Antonio Sánchez de Gálvez


               RECUERDOS MARIANOS
                                  O
                ALHAMA Y SU MADRE


                             (Facsímil)



                                     Prólogo por
        D. Antonio Cañizares Llovera
                            Arzobispo de Granada

                            Estudio preliminar por
           Salvador Raya Retamero,
                               Doctor en Historia



         Edición realizada con motivo del
  V Centena­rio de la erección de las parro-­
    quias del Reino de Granada (1501-2001

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El pasado eclesiástico de Alhama no es pobre en manifestaciones religiosas de todos los órde­nes. En la historia eclesiástica de Alhama hemos distinguido tres etapas. De la primera (Siglos XV-XVI) y de sus edifi­cios religiosos, poco se con­ser­va, como es el caso de la iglesia de San­tia­go, citada por Pedraza, o la de San Miguel; tam­bién la de San Benito, de la Orden de Calatra­va, San Sebastián, Santa Catalina, Santa Cruz, de la Concepción, ermita de Zafarraya o el oratorio del Hospital, como el intento de fundación domini­ca del convento de San Esteban y la inten­ción funda­cional de los Carmelitas Descalzos. Termina­mos la etapa con la fundación de un convento franciscano, donde situa­mos los oríge­nes de la vida religiosa en Alhama, y que parece que tiene lugar desde los primeros momen­tos de la conquis­ta, si bien pronto abandonó la población.El beaterio de monjas de Nuestra Señora de la Cabeza es otro capítulo interesante en la historia de la ciudad, constituido desde principios del siglo XVI, se mantiene hasta el XVII, en que pasa a tomar la regla franciscana de Santa Clara, por el interés del arzobispa­do, con el dictado de diversas constituciones a las beatas. La segunda etapa fundacional (S. XVII-XVIII) arranca con el convento de la Purísima Concep­ción, tras tomar el beaterio la regla de Santa Clara, y pasar a depender de los francisca­nos. Le sigue la funda­ción del convento del Carmen y la erección del templo y claus­tro... La comunidad capuchina queda estableci­da en Alhama desde 1632 a 1649, aunque no pasará de un intento de fundación por la oposición de clarisas y carmeli­tas. Por el contra­rio, los francis­canos alcantari­nos se establecerán hacia el final del siglo XVII y perdurarán hasta la Desamor­ti­zación eclesiástica. 
            Fruto de la religiosidad popular es el gran número de capellanías fundadas en la iglesia mayor en los siglos XV-XVIII. Destacable es tam­bién en este aspecto la erec­ción de ermitas, humilla­deros, así como la funda­ción de cofradías y hermanda­des. Ejemplos materializados fueron la ermita de la Virgen de la Cabeza y su Herman­dad; la ermita del balneario; la Santa Escuela de Cristo, su organización interna y su labor social; la cofra­día de la Vera Cruz, la del Rosario, la del Carmen, la del Santísi­mo Sacra­mento, la de la Aurora...; también la erección de humilladeros y cruces conmemorati­vas; así como la gestación de nume­rosas leyendas marianas nacidas o con base en la época estudia­da, motivo de esta edición. En la tercera etapa y última, la decimonó­nica, encontramos las fundaciones redentorista y merce­daria, así como la erección del último templo en la población: la iglesia de San Emigdio y Santa Isabel, núcleo del nuevo barrio construido tras el terremoto. 

            A modo de presentación de la obra Re­cuer­dos marianos Alhama y su Madre, de Federico Antonio Sánchez de Gálvez, que no debe pasar inadvertida en el conjunto de la cultura y estudios sociales y de religiosi­dad popular andalu­za en gene­ral, traemos a colación algunos párra­fos que en otra ocasión dedicá­ra­mos al autor, pues siempre nos pareció interesante como expo­nente del pensamiento de un sector importante del mundo decimonó­nico, a veces disconforme con las tendencias liberales que sacudieron a la sociedad en sus ámbitos civil y religioso, si bien no cabe ahora referir­nos a ellos. A veces disconforme con las tendencias liberales que sacudieron a la sociedad en sus ámbitos civil y religioso, si bien no cabe ahora referir­nos a ellos.
Comentario en prensa:
Salvador Raya publica una edición facsímil de las principales leyendas alhameñas.   

 Prologado por el arzobispo, la recaudación por su venta se destina a la restauración del patrimonio artístico de la parroquia.  

b_570_800_16777215_10_images_stories_personas_salvadorraya1.gif Enero 2001.-   Gracias a la labor investigadora y editora de Salvador Raya Retamero los alhameños tienen la ocasión de conocer otra importante y curiosa obra de su legado histórico. Su deseo de facilitar el acceso a las fuentes originales ha conseguido que, mediante financiación anónima, se edite la obra “Recuerdos Marianos o Alhama y su Madre” publicada en Barcelona el 3 de enero de 1865 por  el abogado, arcipreste y párroco de Alhama, Federico Antonio Sánchez de Gálvez. Dicha obra cuenta con un prólogo del arzobispo de Granada, Antonio Cañizares Llovera y de un estudio preliminar del historiador alhameño.
   Según explicó Raya  a ALHAMA COMARCAL “de esta obra sólo se conoce la existencia de dos ejemplares originales”. Uno de ellos es propiedad desde hace varias décadas del anterior bibliotecario de Alhama, Manuel Melguizo Santander, quien lo ha cedido para esta reproducción facsímil y cuyos ingresos por su venta se dedicarán en su totalidad a la rehabilitación de elementos históricos y artísticos de la parroquia alhameña.
   En su prólogo el arzobispo afirma que le gustaría ser el “guía mudo” que se limita a señalar con el dedo la obra para que ella hable y se manifieste por sí misma, “e invitarle a que lo la lea y se adentre en la realidad de la que es portadora”. A continuación Raya analiza la obra que describe como “recopilación de una serie de leyendas y tradiciones populares (...) lo que Sánchez de Gálvez no recogió se perdió para siempre: religiosidad popular y costumbrista, en cuanto a festejos y tradiciones; así como la forma de entender el pueblo de antaño el compromiso diario que con la vida tiene cada ser humano ”. Aclara que tanto las leyendas como a su autor de quien afirma es un contestatario, hay que situarlas en su momento histórico. Al parecer  Sánchez de  Gálvez , “de hábil oratoria” nació en 1829 y estuvo al frente de la parroquia alhameña entre 1850 y 1887. El estudio incluye la firma autógrafa del párroco y una posible fotografía del mismo celebrando un bautizo de campaña tras el trágico terremoto de Andalucía.
Historia y curiosidades
   El opúsculo está dividido en trece capítulos. Los doce primeros recogen las leyendas más populares de Alhama, tales como  “Nuestra Señora de los Ángeles” conocida también por “El salto del caballo” o la de la “Virgen de la Peña de Francia”, así como otras dedicadas a la Virgen de Dona, Virgen de Jamilena, Virgen de los Remedios, Virgen del Carmen, etc. En el último capítulo describe la historia y leyenda de otras imágenes de la devoción mariana. 
   Contrariamente a lo que podría pensarse estas leyendas religiosas no sólo son interesantes para los devotos de la Virgen ya que están salpicadas de datos históricos extraídos de los archivos municipales y de la parroquia, como la terrible sequía de 1723 y 1724,   la epidemia de 1860 “que hizo de Alhama un hospital y habría hecho un panteón, sin el auxilio eficaz de san Francisco de Paula” o la invasión francesa acaecida el 2 de febrero de 1810. También desvela gran número de curiosidades indispensables para conocer la idiosincrasia de los alhameños. Así, por ejemplo, los lectores encontrarán la explicación de topónimos como Llano de Dona, Badillo, cortijo san Elías o Jamilena, y el origen en Alhama de fiestas como la Candelaria, y de otras ya desaparecidas como la denominada de Piñonate en honor a la Virgen de la Cabeza, la romería de san Sebastián o la representación de fiesta de moros y cristianos, en torno al 8 de diciembre. Así mismo, se puede saber por esta obra el origen de la Cruz de Hachuelo, erigida en el lugar donde fue asesinado don García Obregón y Carvajal por haber cometido el “delito” de amar locamente a María Hernández Guillén.
   Otras curiosidades que se pueden encontrar en la obra es el origen del balcón natural de Alhama picado por los  frailes carmelitas; la llegada a Alhama, el 25 de agosto de 1607, del  cadáver de don Rodrigo Bazán Maldonado, bienhechor de la creciente comunidad; el origen del supuesto Cristo sin faz de Alonso Cano y la celebración de la Noche buena en esta ciudad, “una de las más sublimes de cuantas he visto”.  (Antonio Arenas)

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Edición facsímil de leyendas alhameñas

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Recuerdos marianos o alhama y su madre.Edición realizada con motivo del V Centenario de la erección de las parroquias del Reino de Granada. Prólogo por D. Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Granada, Estudio preliminar por Salvador Raya Retamero.Texto completo: Recuerdos marianos o Alhama y su madre. Edición Facsímil